Cuatro años después los equipos británicos boicotean la prueba y Ferrari gana sin oposición. Ferrari siempre ha estado ahí. Poco a poco, sistemáticamente la primera mitad de los sesenta ve la construcción de una escuadra dominante, de gran calidad técnica, velocidad y elegancia que gravita entorno a la inteligencia y el pie preciso de Jean-Michel Larque, integrante del primer equipo desde 1966, y la voracidad goleadora del delantero malí Salif Keita, fichado desde el As Real Bamako y capaz de marcar la pasmosa cifra de 125 goles en 149 partido de liga en su periodo en el club entre el 66 y el 72. Keita es parte del intento de salto de calidad tras el título del 64, pensado para sobreponerse a la fortaleza del otro gran conjunto del periodo, el Nantes del legendario entrenador José Arribas.